sábado, 12 de octubre de 2013

La domadora sin ancla




La domadora dejó su ofició, se volvió pirata, se fue al mar... Allí sus leones la esperan en cada atraque.

Su embarcación es grande, de las más grandes, y ella es la capitana de ninguna tripulación. En poco tiempo surcó los siete mares e hizo frente a todos los enemigos que la seguían desde los confines de la tierra. Era de esperar, puesto que aún llevaba en sus adentros a la domadora. Pero lo que nadie sabía esta vez, es que viajaba sin brújula ni ancla. Condenada así a dejarse siempre
llevar por el libre albedrío de las olas del mar.